sábado, 23 de mayo de 2015

El río oscuro

 

  • Título: El río oscuro
  • Autor: Alfredo Varela (1914-1984)
  • Año de publicación: 1943.
  • Edición: Ediciones Directa, Buenos Aires 1984, 286 pgs.

 

Los contornos que determinan los límites del ecúmeno, esto es, del espacio geográfico apto para el desarrollo de la vida humana tienen un cierto componente flotante y, por tanto, dan lugar a formas de transición tanto en el plano diacrónico como en el sincrónico, pues, a lo largo de la historia, el ser humano, entendido no meramente como individuo sino más bien colectivamente, se ha visto en la necesidad de domesticar la naturaleza ampliando así su hábitat. Utilizando un cierto lenguaje animista digamos que no siempre la naturaleza se ha mostrado dócil en la lucha emprendida contra ella por las fuerzas de la civilización, siendo la selva amazónica, la región del orbe en la que se manifiesta de manera más enconada la resistencia del reino natural. Tampoco le va a la zaga la zona selvática del Alto Paraná en la que transcurre la acción de El río oscuro.

En esta novela, su autor, el argentino Alfredo Varela, intenta plasmar las condiciones infrahumanas en las que trabajan y viven los mensúes, trabajadores encargados de recolectar la yerba mate en el Alto Paraná, entre Argentina y Paraguay. Se trata de una obra que se inserta en la estela de novelas que como La Vorágine, de José Eustasio Rivera o Cacao, de Jorge Amado, se proponen dar a conocer en un lenguaje estético la otra cara del progreso: el sufrimiento y la sangre derramados en la obtención de algunos de los productos destinados a satisfacer la demanda creciente propiciada por el aumento del consumo resultante del proceso de industrialización, en concreto, a partir de la conocida como segunda revolución industrial, a partir de las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX.

Los mensú padecen una auténtica opresión, ya que trabajan infatigablemente en un hábitat que mina para siempre su salud y del que no pueden escapar convirtiéndose la selva para ellos en una auténtica ratonera. Como se encuentran en una especie de territorio de nadie, al margen de toda legislación que no sea la impuesta por los diversos patrones y sus pervertidos capataces, los trabajadores de la hierva mate no tienen más remedio que invertir sus ínfimas ganancias en los establecimientos regentados por sus jefes, con quienes contraen deudas que les obligan a trabajar para ellos de por vida. Todo intento de disidencia o de fuga, aunque ésta sea totalmente pacífica, termina anegado en sangre, de ahí que, con frecuencia, el gran río Paraná, en sus zonas más bajas, se vea surcado por cadáveres de infelices que intentan burlar su trágico destino.

Pero, mientras La  vorágine, pese a contener una dura crítica de la explotación a que se ven sometidos los trabajadores del caucho, resulta un texto con muchas ambigüedades en el que se entreveran varios discursos ideológicos. El río oscuro está moldeada a partir de una matriz ideológica más plana. Nos narra la historia de Ramón Moreira, quien en compañía de su hermano Raúl y de toda una serie de hombres, algunos con sus familias, seducidos por las falsas promesas de dinero fácil en el Alto Paraná, desciende a los infiernos, en donde presencia múltiples horrores y sufre no pocas humillaciones. Pero, en medio de tanta inhumanidad, logra contener sus impulsos de ira sometiéndolos al cálculo racional, única manera de tener alguna opción  de sobrevivir. De este modo, intenta escaparse y toma contacto con grupos obreros organizados  argentinos y brasileños. En este sentido, el mensaje de la novela que comentamos está claro: los obreros y gente humilde en general sólo serán respetados y, por tanto, podrán vivir como seres humanos, si son capaces de organizarse en sindicatos u otro tipo de organizaciones políticas capaces de articular un poder que sirva de contrapeso al ejercido por aquellos que detentan la propiedad y apoyados en este hecho adquieren un mayor peso en la elaboración de las leyes y, sobre todo, en el cumplimiento o no cumplimiento, según les convenga, de las mismas. Ahora bien, ya en los primeros compases de la novela, por medio del viejo Sinforiano, se deja bien claro que no son sólo los hacendados y sus secuaces quienes explotan a los más débiles, sino que los hombres en general, con independencia de su condición social, tienden  a ponerle precio a sus semejantes más débiles, especialmente a las mujeres, y a convertirlos en meros objetos de sus intereses. El siguiente párrafo, en el que  Ramón recuerda unas palabras de Sinforiano en tono de reproche por haber seducido y abandonado a su suerte a una mujer, resultan bastante clarificadoras:

 

"Te chupan y te tiran como una naranja, después tiran la cáscara – así te tiran -. como una naranja. La Clodo estaba ahí, al lado suyo; él la tomaba, la gozaba y después la tiró.. Es decir, tiró la cáscara. Entonces es lo mismo. Lo mismo que le hacen a uno como contaba el viejo Sinforiano. Uno va toma a las Clodos como si fueran… después las deja, las tira.

Y los otros hacen lo mismo; vienen los conchabadotes, vienen los capataces (…..) lo chupan a uno y lo tran. Tiran la cáscara. A veces la cáscara está agujereada por algún balazo" (Pág. 10)

 

Incluso, sin saberlo, otros trabajadores, sobre todo los que han adquirido un mayor grado adquisitivo y, por tanto, de capacidad de consumo, estarían indirectamente contribuyendo a esta explotación de los mensú. Como muestra, sirva este párrafo en el que el autor alude a la propagación del mate:

 

"Los  hacheros de Santiago del Estero y los gauchos de Río Grande do Sul, y las peonadas de las estancias bonaerenses y los obreros de los frigoríficos de Avellaneda no saben que ese gusto amargo de su brebaje preferido viene de la sangre y del dolor de sus hermanos del Alto Paraná. La Caála diosa de la hierba mate - sigue reinando como reina y señora tal como hace desde hace siglos (…..). Pero ya no es la amiga de todos los hombres. Mata a unos para hacer felices a otros. Por eso a través de la espesa mancha oscura se nota a veces la deslumbrante mancha de la sangre vertida a raudales (pág. 197) (las palabras en cursiva son nuestras).

 

En la asociación  recogida en las dos últimas líneas de este fragmento se podrá apreciar sin necesidad de comentarios adicionales al respecto por nuestra parte lo esencial del significado del título de la novela de Varela.

Pero no es la explotación que unos hombres ejercen sobre otros el único tema del libro. Varela dedica bastantes páginas al continuo atentado que los seres humanos perpetran contra la naturaleza, la cual aparece configurada casi como un personaje más ya que se nos presenta  como una especie de fuerza  justiciera capaz de sobreponerse a todo el potencial activado por los hombres para someterla  y reducirla a un objeto destinado únicamente a la satisfacción de su codicia:

 

"Pero unos meses después el instinto vegetal triunfaba y de nuevo se vestían de verde y hacia octubre o noviembre reiniciaban su marcha, hacia arriba, hacia el sol. En cambio, los hombres, cada vez más exhaustos, envejecidos en plena juventud, con sus esperanzas cubiertas de muñones, constituían un dramático símbolo.. El de la derrota humana frente al incansable crecimiento de la naturaleza mil veces herida y otras mil levantándose jubilosa y rebelde" (pág 154).

 

Al igual que otras obras que se desarrollan en la selva subtropical  sudamericana y  sus alrededores, El río oscuro confiere a este espacio natural un carácter próximo a lo sobrenatural y mágico, dotado de un magnetismo que atrapa de por vida a quienes han tomado contacto con él, con independencia de que estos sean ricos o pobres, explotados o explotadores:"Nadie puede abandonar la patria de la yerba.. Ni los capangas, ni los capataces ni los mayordomos, atados al mismo yugo que esos peones a los cuales azotan, hieren y asesinan."(pág. 175).

Ahora bien, en el momento  de ofrecernos detalles tanto en un plano narrativo como en un nivel más conceptual, acerca de los efectos que el Alto Paraná ejerce sobre quienes  han deambulado por sus tierras, nos encontramos, generalmente, con explicaciones perfectamente racionales y verosímiles; así los capataces y empresarios, pese a los lujos con los que pretenden paliar los efectos de su pasado selvático, son presa de las fiebres del lugar o de la enfermedad venérea o de cualquier otro tipo que les fue contagiada por la mujer indefensa a la que violaron.

Aunque se puede dividir en tres partes El río oscuro, pensamos  que éstas se reducen a dos, fundamentalmente:_por un lado, los capítulos que narran la trama novelesca propiamente dicha y, por el otro, intercaladas entre los anteriores, toda una serie de secciones incluidas bajo las denominaciones de "La conquista" y "La trampa", en las cuales el autor nos ofrece una serie de impresiones, en ocasiones teñidas de intenso lirismo, acerca de la acción de los pioneros que han tratado de conquistar la selva y de los callejones sin salida a los que dichos intentos han quedado condenados. La parte narrativa se inicia con una especie de retrospectiva emprendida por Ramón, el protagonista, mientras en una muy frágil embarcación, agonizando,  se aferra a la memoria como una tabla de salvación en su descenso por el Paraná.

En su intento por ofrecernos un testimonio tangible de los mensúes, la novela nos traslada el habla de los personajes utilizando múltiples expresiones del Alto Paraná, especialmente repletas de términos guaranís, lo cual se ve enriquecido desde el punto de vista más puramente literario con referencias a la mitología autóctona..   

Por último, digamos que la novela de Varela fue llevada al cine en 1952 por Hugo del Carril con el título Las aguas bajan turbias, película elaborada como soporte ideológico de las políticas sociales peronistas. Recordemos que el director es el intérprete de la versión cantada más popular de Los muchachos peronistas, el principal himno peronista. Las aguas bajan turbias, además de recoge en lo esencial el espíritu crítico-social de El río obscuro, recalca, ya en el comienzo, que los sucesos a los que hace referencia corresponden al pasado.    

  

 

 




El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
www.avast.com


No hay comentarios: